Educación


El tema de la Educación es sin duda alguna un punto vital de interés, de enfoque y de desarrollo en la trayectoria de un país, hoy y siempre. Y es que de la calidad de esta dependen las características de una sociedad por lo que nuestras reflecciones y acciones efectivas en este sentido, ahora, en este momento, construyen constantemente el porvenir.
 
Señalan algunas investigaciones del Sistema Educativo en México -enfocadas en el análisis de la crisis de la educación pública en todos los niveles de enseñanza- que existen dos fenómenos a los cuales es necesario encontrar soluciones de fondo, a saber: la falta de accesibilidad no sólo a la tecnología básica sino a un espacio físico, una escuela donde estudiar, para miles de niños, niñas... y jóvenes. Por otro lado, la preparación  y formación de los educadores sobre cómo enseñar, planear y guiar, a fin de que sea el alumno por sí mismo quien tenga la capacidad de autoconstruirse y descubrir las aptitudes con las que ha sido dotado de forma natural y desarrollar su potencial a través de las habilidades en las que realice un trabajo personal consciente.
 
Resulta muy significativa que esta nueva visión del educando, dentro del proceso mismo de la actual Reforma Educativa en México, va aparejada a una transformación de  la figura del educador, quien dejado de tener ese papel protagónico de la educación tradicional dentro de la cual la mayoría de los adultos de hoy en día fuimos formados, para dar paso a un verdadero guía y compañero cuya influencia  va a ser decisiva no sólo en la formación académica sino en la construcción de la persona y su´dimensión moral. Por ello mismo, es indispensable que su relación con cada uno de sus alumnos se establezca dentro de un ambiente físico e interpersonal de respeto, empatía y apertura.
 
Y entonces, el reto de la educación actual deja de estar circunscrito al cumplimiento de programas cuya efectividad sea medida con base en el análisis de números, sino más bien implica toda una restructuración ética, una filosofia de vida y una nueva cosmovisión, todo ello vislumbrado y llevado a la práctica por la Dra. María Montessori. Tal y como ella menciona al hablar de las faltas fundamentales en la organización de la vida humana: "Hoy los biólogos consideran que existe una realación inmanente entre la vida y la Tierra, como un todo. Esto nos abre los ojos a la necesidad de un orden social, pues es una visión mas acertada que la usual, según  la cual los seres vivos, forzados a adaptarse a la nauraleza, deben ir modificándose como especie. Esta última es la conclusión de aquellos que consideran la vida como una lucha por la supervivencia y un proceso de adaptación contínua. Pero existe otro modo de ver las cosas, una idea más amplia sobre la vida y esta concepción nos llevará a tomar una postura diferente" -María Montessori, Educación y Paz, págs 149 y 150-.
 
Visión educativa en donde el niño accede al conocimiento del Universo y de sí mismo desde una óptica integral, donde las mátemáticas, la vida práctica, el lenguaje y todas las áreas del saber están interconectadas, donde la atención se centra en la unión y no en la separación y donde se parte y se llega a cualquier punto de búsqueda personal dentro de un  principio rector: "Todo para todos y todos para todo: Todo parte de un centro... busca el centro en relación con lo que sea y todo fluye,   ya que en este sentido profundo de unidad, donde pongas el ojo es el centro" (SI RAH). Y entonces la educación se centra en la persona misma en la que se está llevando a cabo el proceso: todos y cada uno de los niños, niñas... jóvenes. En esa conciencia que es capaz de pensarse a sí misma y al Universo entero.

(Publicado en la Revista Oquetza 113, Mayo-Junio 2012, órgano informativo de la Asociación Montessori Mexicana, A. C.) 

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